Este finde me saqué mi disfraz de mortal y anduve revoloteando por ahi.
Y mientras andaba jugando despreocupada me encontré con un par de situaciones curiosas.
La vida está llena de incógnitas que parecen imposible de descifrar. Es que no nos paramos a mirar.
Los mortales viven corriendo de un lado a otro y así se pierden las mejores oportunidades. La constante carrera en que viven para alcanzar metas no les deja mirar hacia los costados, donde está eso que quieren, eso que añoran y tanto necesitan. Está quieto, como suspendido en el tiempo, y sólo hay que tomarlo.
La vida es tan generosa que a veces te da la oportunidad de volver a toparte con eso que estás necesitando. Pero pobres humanos! Suelen no darse cuenta aunque los atropelle! Caen sobre sus trastes, se levantan y siguen corriendo. No hay tiempo para mirar, piensan que mientras se quedan mirando su oportunidad se aleja más!
Yo no los entiendo, igual mi misión no es entenderlos. Ese es trabajo de otros seres. Yo estoy paradita al lado del camino, los ayudo a levantarse del tropezón y les aviso: "mirá que curioso esto con que te caiste... no es lo que estabas persiguiendo?". Muy rara vez me escuchan o prestan atención, simplemente siguen adelante.
Pero los que más me duelen son los que alcanzaron eso que querían y se dieron cuenta tarde. Lo perdieron por estar corriendo tras otra cosa... y que hacen? Vuelven hacia atrás, buscando dónde se les habrá caido. Yo les aviso siempre que, cuando perdés algo, casualmente suele ser lo que otro buscaba y se lo lleva. No vale la pena volver atrás, no vas a encontrarlo!
Pero ellos insisten en volver, no corriendo sino caminando esta vez, para no perder detalle. Y siempre mirando hacia atrás, no miran a los costados... Algunas veces pasa que lo que perdieron está a la orilla. Las oportunidades también se encariñan con sus soñadores y se quedan quietitas en el lugar hasta que las encuentren.
Y mientras andaba jugando despreocupada me encontré con un par de situaciones curiosas.
La vida está llena de incógnitas que parecen imposible de descifrar. Es que no nos paramos a mirar.
Los mortales viven corriendo de un lado a otro y así se pierden las mejores oportunidades. La constante carrera en que viven para alcanzar metas no les deja mirar hacia los costados, donde está eso que quieren, eso que añoran y tanto necesitan. Está quieto, como suspendido en el tiempo, y sólo hay que tomarlo.
La vida es tan generosa que a veces te da la oportunidad de volver a toparte con eso que estás necesitando. Pero pobres humanos! Suelen no darse cuenta aunque los atropelle! Caen sobre sus trastes, se levantan y siguen corriendo. No hay tiempo para mirar, piensan que mientras se quedan mirando su oportunidad se aleja más!
Yo no los entiendo, igual mi misión no es entenderlos. Ese es trabajo de otros seres. Yo estoy paradita al lado del camino, los ayudo a levantarse del tropezón y les aviso: "mirá que curioso esto con que te caiste... no es lo que estabas persiguiendo?". Muy rara vez me escuchan o prestan atención, simplemente siguen adelante.
Pero los que más me duelen son los que alcanzaron eso que querían y se dieron cuenta tarde. Lo perdieron por estar corriendo tras otra cosa... y que hacen? Vuelven hacia atrás, buscando dónde se les habrá caido. Yo les aviso siempre que, cuando perdés algo, casualmente suele ser lo que otro buscaba y se lo lleva. No vale la pena volver atrás, no vas a encontrarlo!
Pero ellos insisten en volver, no corriendo sino caminando esta vez, para no perder detalle. Y siempre mirando hacia atrás, no miran a los costados... Algunas veces pasa que lo que perdieron está a la orilla. Las oportunidades también se encariñan con sus soñadores y se quedan quietitas en el lugar hasta que las encuentren.
2 comentarios:
me gusta lo que escribís, tiene un mirada totalmente exterior...como si realmente fueras una...una...jajaja
basta o lo voy a terminar creyendo...=)
un beso nena
muaa
las oportunidades me esquivan :(
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