12 de septiembre de 2008

Las ilusiones

Descansando un poco de la vida terrenal, que es bastante agotadora, me topé con una película muy interesante. Se llama "Birth", es con Nicole Kidman y trata de una mujer que enviuda y diez años después, cuando está por casarse otra vez, aparece un niño diciendo que es su marido muerto. La película es creepy, y roza la pedofilia por lo que no fue fácil verla. Sin embargo, la historia es fascinante, refleja esa faceta de las personas que las pone en contacto con lo mejor de sí: la inocencia.

A los mortales les cuesta admitir su grado de inocencia, ya que está mal relacionado con el ser tonto o inmaduro justamente por ser una virtud de los niños. Pero la inocencia es el estado más puro del ser, es esa luz que hace que no perdamos las esperanzas, es ese motor que nos hace trabajar más duro para lograr un proyecto que parece imposible, es esa motivación que hace que sigamos confiando en otras personas después de haber sido decepcionados mil veces.

Y la inocencia está estrechamente ligada al pensamiento mágico. Ese pensamiento que de chicos hace que pensemos que objetos inanimados, como los juguetes, toman vida y de grandes nos hace ver y creer lo que queremos.
Y bueno, quién puede decir que no le pasó que vio lo que quería ver? Quién no distorsionó la realidad al extremo tal que vivió durante mucho tiempo un mundo de fantasía del que despertó después de una gran desilusión?

A veces la fantasía que armamos es tan grande que pasamos a vivir en una especie de mundo paralelo, y ante el choque contra la realidad dolorosa, negamos todo hasta que nuestro castillito de cartas se desmorona. Aunque nos aferramos lo más posible, nuestra fantasía muere.
Negación - ira - depresión - aceptación.

La ilusión se apoya en la inocencia. Y volvemos a empezar
Es difícil ser humano.

1 comentario:

sakura koi dijo...

vivimos en el mundo de las ilusiones, "el mundo de maya" como le dicen en la India, este mundo es una ilusion, y despertar de esto es lo que nos hace realmente liberarnos.